27/5/21
¿Sabes la sensación que se siente cuando tomas el primer sorbo de tu dosis matutina? Puede que sea leche, chai latte, capuchino, dirty chai, moca o caramel latte. Tal vez esté hecho con leche de soja, almendra, avena, vaca, arroz, leche de anacardo o cualquier tipo de leche vegetal hecho en casa. De cualquier forma, tu taza es una bondad reconfortante.
Los lattes saben tan bien por muchas razones
Como mamíferos, los humanos estamos programados para que nos guste el sabor de la leche. De forma natural, nuestro cerebro asocia la leche a la nutrición. Los bebés, llegan a asociar la leche con la seguridad, el amor, la inclusión. Como adultos, puede que no necesitemos la leche, pero aún así nos encanta y todavía tiene esas asociaciones. Podríamos elegir evitar la leche de vaca en lugar de la leche de origen vegetal, pero ya sea de vaca o de planta, la leche caliente nos hace sentir cómodos, seguros y alimentados.
La leche al vapor, además, hace cosas mágicas. Al cocer al vapor, y si se hace correctamente, se introduce aire caliente en la leche y crea una micro espuma que le da a la leche una textura deliciosa y aterciopelada. Esta textura hace que la leche se aún más cremosa.
Honestamente, aunque es probable que sea un poco blasfemo decirlo en los círculos de cafeteros, elijo mis cafés favoritos en función de cómo se añade y prepara la leche al vapor antes de siquiera pensar en los granos. Por ello amo tanto la magia que otorga la textura adecuada a la leche.
¿Chai latte o té chai?
A estas alturas, creo que podrás adivinar que siempre escogeré un café con leche sobre uno solo negro y un café con leche antes que un té chai. Pero no se trata solo de la dulzura natural de la leche o de la cremosidad de la leche al vapor. Agregar leche cambia los sabores de las especias que utilizamos en el chai. Los chai lattes tienen un sabor completamente diferente al té chai. Si el té chai es brillante y agudo, entonces el chai latte se redondea y suaviza los sabores. Si el té chai es complejo y fino, el chai latte es simple y sin pretensiones. Ni mejor ni peor, son sólo diferentes. Es como el chocolate negro o el chocolate con leche.
Todo depende de las preferencias personales… ¡Y yo soy una chica chai latte! ¿Y tú?